Carnicero

El tiempo me decía que no había nada más en el horizonte
brillante, cálido, amado;
todo cabía en la palma de mi mano
el pasado, presente y futuro;
era un sueño con tiempo de despertar.

Abrí los ojos,
caminos envueltos de seducción
llenos de deseo
miradas cómplices
tontos jugando.

Y todo se detuvo así de repente
estrellándonos contra la pared
sumergidos en mentiras
sólo dolor
solos.

Todo cabía en la palma de mi mano
y me automutilé sin anestesia.

Libre de ti

La tormenta me ha atrapado en esta habitación.

Miro por la ventana discurrir todas las gotas de agua que el cielo me arroja. Impenetrable, pero me carcomen internamente. Me ahogan de una forma que no me dejan respirar, y quiero escapar.

Déjame escapar, saltaré ese obstáculo para despedirme de toda esta mierda.

Y la puerta no se abre.

Golpeo, trato, sigo golpeando, sigo estrellándome contra ella, contra ti, contra todo.

Dejo mis uñas clavadas en la vieja madera, dejo mi sangre, mi piel.

Una vez más miro la lluvia estrellarse en la ventana. Y no hay otra salida.

Veo como me alejo de la ventana hecha trizas, cayendo, y veo que cada vez me separo de esa habitación.

Soy libre.

Tanto

En mis manos guardo el deseo de no agradarte, culpando a tanto.
Pero ese tanto a la vez es tan poco como la lluvia que cae sobre mis pasos, cubriendo tanto.

En este libro encontrarás mis cuentos de tortura, llenos de sangre.
Acuchillame, pero tanto.
No dejes que estos ojos vean la luz nuevamente porque solo quieren huir en la triste noche.

Sientes esos fríos silencios en tu almohada, sientes ese sueño que te golpea, que te empuja, que te despierta.
No abras nada, no tu alma, ni la puerta.

Olvida este momento, olvídame....tanto.

Un tiempo atrás

20 años atrás, caminaba detrás tuyo sin insinuar nada.
Hoy, me miras de reojo sin perturbarte ni despeinarte.

Ayer, caminabas suelta entre la ciudad sin importar mucho que el sol te despierte.
Hoy, ni pretendes ingresar en el silencio de la calle.

Ayer, podías cerrar los ojos y ya no estabas.
Hoy, ya ni estás.

Cuando el sol caía, la pelota rodaba, tus mejillas sonreían y eras toda tú.
Salvaje.
Libre.

Hoy, te escribo en mi encierro clandestino, lejos de todos, lejos de aquel que camina detrás mío y me observa.

Lejos de ti.

Alone with you

Y en este espacio tan solo y oscuro, me preparo a continuar mi vida, una vida donde trato todas las noches de dormir sólo en paz.

Pero, no puedo, no me dejas. Me persigues sin más, diciéndome lo que tendría que hacer, diciéndome que te ayude, que haga algo por ti. Y tú sabes que quiero.

Quiero gritar, quiero que dejes de llorar, no más. Y que será de mi cuando ya no estés aquí, cuando no hayan más alegrías rondando tu alma.

Sólo, perdóname.